miércoles, 16 de mayo de 2018

El Doble en la Literatura


El Doble en la Literatura

Julia Nina Fazio

5to AÑO

Literatura

NES secundaria

En este informe se mostrara cómo se manifiestan los conceptos de: identidad, doble, desdoblamiento, ajenidad y otredad, en los diferentes textos literarios trabajados en clase.
En primer lugar, podemos empezar definiendo la otredad como lo absolutamente desconocido que, por lo tanto se le teme. En “El Diario de Colón”, de Colón y “El Planeta de la aventura I”, de Vance este se puede ver reflejado.
En el primer texto, se habla de cuando Colón en 1942 llego a América, un lugar totalmente desconocido para todos los españoles hasta ese entonces. La otredad se puede ver reflejada en la siguiente cita textual: “…“Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestra Alteza para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos en esta Isla."[1] Todas son palabras del Almirante. Se puede ver claramente el desprecio que le tiene Colón a los nativos. Se puede ver el miedo que le tienen los españoles por el hecho de no tener  rasgos ni creencias similares a ellos y es por eso que deben educarlos.
En el segundo texto, “El Planeta de la aventura I” los tripulantes de la nave no conocían el planeta y  subestimaron a él y a sus habitantes. “… el planeta era algo mayor que la tierra, rodeado por un par de pequeñas lunas de rápidas órbitas. Una estrella K2 casi típica, un planeta sin nada digno de mencionar”.[2] Otra vez la otredad se hace presente, el no conocer y menospreciar algo refleja el sentimiento por lo absolutamente otro. En ambos casos, el otro debe ser como yo: Colón los “educara” porque los considera animales, mientras que el planeta desconocido eliminará a los terrícolas antes de intentar siquiera conocerlos.
En segundo lugar, “Axolotl” de Cortázar en el que el hombre se siente completamente ajeno a sí mismo, al no saber cómo reaccionar y no reconocerse manifiesta la ajenidad: “…Sin transición, sin sorpresa, vi mi cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el vidrio, la vi fuera del acuario, la vi del otro lado del vidrio. Entonces mi cara se apartó y yo comprendí.”[3] El hombre no comprendía quién era hasta que entendió, esta situación era totalmente ajena a él.
Por su parte, en la obra “La metamorfosis”, de Kafka también se manifiesta la ajenidad ya que el protagonista descubre su nueva forma al punto de vista de no poder controlar su propio cuerpo: “…“Lo mejor que puedo hacer es dormir un poco más y olvidar esta locura”, pensó; pero le resultó imposible llevar a cabo su propósito, porque estaba habituado a dormir sobre el lado derecho, un movimiento de balanceo lo llevaba a quedar siempre de espaldas.”[4] Acá se muestra claramente el descubrimiento de lo otro en sí mismo.
Por otro lado tenemos el concepto de la duplicación, que es el doble, “el otro yo” que se puede ver muy bien reflejado en el caso de “El retrato de Dorian Grey”, de Wilde que cuenta que el protagonista, luego de ser retratado por un artista, desea tener siempre la edad que tenía en el cuadro y a medida que va pasando el tiempo el retrato empieza a envejecer por él y el sentimiento de asco lleva a que termine “matando” al cuadro, pero en realidad lo que hace es quitarse la vida a el mismo. “…y allí, en pie frente al retrato obra de Basil Hallward, con un espejo en la mano, miraba alternativamente el rostro perverso y envejecido del lienzo y la faz joven y hermosa que le sonreía desde el cristal.” “…de pronto sintió asco de su belleza, y arrojando a tierra el espejo, lo desmenuzó en añicos de cristal y plata bajo sus talones. Su belleza había sido lo que arruinara su vida”.[5]
Podemos también mencionar el poema “Al espejo”, de Borges. En este se puede ver como la idea de la repetición es molesta y el/la protagonista pregunta por qué lo copia.
“… ¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?”[6]
No es el caso del doppelgänger, que se trata de gemelos idénticos en el que no se puede reconocer la diferencia entre ambos, ya que son completamente iguales, como sucede en “William Wilson”, de Poe: “…su máscara y su capa yacían en el suelo, donde las había arrojado. Cada hebra de su ropa, cada línea de los marcados y singulares rasgos de su cara ¡eran idénticos a los míos! Era Wilson. Pero ya no se expresaba en susurros y hubiera podido imaginar que era yo.”[7]
Ya finalizando se encuentra el desdoblamiento: cuando la dualidad se manifiesta en un solo ser, cuando dos personalidades o encarnaciones coexisten en un mismo individuo. Este puede tener relación con el bien o con el mal y hasta con la mezcla hombre-animal. Este se puede observar en “El mito de andrógino”, de Platón. Un ser es separado físicamente y, como deber o meta, debe encontrar a su otra mitad. “…cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, tanto el amante de los muchachos como cualquier otro, entonces sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos, por así decirlo, a separarse unos de otros ni siquiera un instante.”[8]
En los “Diario de Adán y Eva”, de Twain, donde ella piensa que para estar completa necesita de la figura masculina y el al mismo tiempo piensa que necesita de ella para sobrevivir. Ellos necesitan estar juntas para poder completarse. “…Era hermoso, sorprendentemente hermoso, mágicamente hermoso pero ahora está perdido y no volveré a verlo nunca más.” “…Si me pregunto por qué lo amo, me doy cuenta de que no lo sé, y realmente no me importa demasiado saberlo; así supongo que esta clase de amor no es producto del razonamiento y de las estadísticas” “…Adán: “donde quiera que ella estuviese, allí estaba el paraíso.””[9]
En síntesis podemos decir que no solo existe un tipo de doble, hay muchas maneras de plasmarlo en diferentes textos, obras y relatos entre muchos otros. Eso es básicamente lo que se trató de mostrar, como se pueden utilizar en diferentes contextos los diferentes contextos.





Bibliografía
BORGES, Jorge Luis (1975). “Al espejo, en su La rosa profunda. Buenos Aires: Emecé.
CORTÁZAR, Julio (1984) “Axolotl”, Final del juego, Sudamericana, Buenos Aires.
CRISTOBAL, Colón (1492) Diario de Colón. Libro de la primera navegación.
KAFKA, Franz (1982) La metamorfosis, Buenos Aires, Orión.
PIZARNIK, Alejandra (1962) Árbol de Diana, Buenos Aires.
PLATÓN (1989) El banquete, Madrid, Alianza.
POE, Edgar Allan (1977) “William Wilson”, Cuentos completos, Alianza, Madrid.
TWAIN, Mark (1999) Diario de Adán y Eva, Corregidor, Buenos Aires.
VANCE, Jack (1986) El planeta de la aventura I, Barcelona, Ultramar.
WILDE, Oscar (2004). El retrato de Dorian Gray, Anaya, Buenos Aires.



[1] COLÓN, Cristóbal (12-10-42)
[2] VANCE, Jack (1986)
[3] ORTÁZAR, Julio (1984)

[4] KAFKA, Franz (1982)
[5] WILDE, Oscar (2004)
[6]  BORGES, Jorge Luis (1975)
[7] POE, Edgard Allan (1977)
[8] PLATÓN (1989)
[9] TWAIN, Mark (1999)

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