martes, 3 de julio de 2018

Ensayo comparativo: La posibilidad de cambiar el destino a través de la ficción en "La noche boca arriba" de Julio Cortázar y "El sur" de Jorge Luis Borges


En este ensayo se analizara la posibilidad de cambiar el destino a través del sueño, el desdoblamiento del personaje principal, la focalización y los procedimientos literarios en los cuentos “La Noche boca arriba” de Julio Cortázar y “El Sur” de Jorge Luis Borges. Además, se mostraran los efectos que causan en el lector.
En primer lugar, en ambos relatos se produce el desdoblamiento. En el texto de Borges se manifiesta en el protagonista a través de dos hombres, el hombre intelectual, que se puede asimilar a la imagen del padre Alemán, con una muerte no deseada, y obligada y el hombre de acción relacionado con el abuelo Argentino que además se asimila con el Martín Fierro con una muerte deseada y valiente, en el sur.
El desdoblamiento en Cortázar se produce en el hombre que choca y tiene un accidente y el Moteca, a través del sueño. Allí los límites entre la realidad y el sueño empiezan a desdibujarse, esto también sucede en Borges. En Cortázar al principio del cuento utiliza el doble espacio para cambiar de la realidad al sueño pero al final el pasaje no tiene ningún corte: “…Con la mano sana esbozó un gesto hacia la botella de agua; no llego a tomarla, sus dedos se cerraron en un vacío otra vez negro, y el pasadizo seguía interminable”.
En los dos cuentos hay dos mundos bien diferenciados. En Cortázar, en el presente, es de día, el hombre se encuentra en la ciudad en el siglo XX. “…Quizá algo distraído, pero corriendo por la derecha como correspondía, se dejó llevar por la tersura, por la leve crispación de ese día apenas empezado”
En cambio, en el pasado es de noche: el Moteca está en el medio del campo y las malezas en la época precolombina “…Espero, tapado por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas”.
Borges utiliza los intertextos que dan cuenta de cómo leer este cuento, al principio las mil y una noches ella logra cambiar su destino a partir de la ficción y hay que leerlo como Sherezade, hay que leer como Dahlmann cambia su destino de muerte no deseada  a través de su propia ficción, el inventa su propia muerte deseada. El Martín fierro que tiene que ver con el pasado literario que está representado en el viejo que es en ese sentido el que le tira la daga.
En Cortázar también tiene que ver con un mundo real y con uno de sueño, pero a su vez hay cosas que tienen que ver ya no con un mismo hombre sino que se es otro. En La Noche boca arriba” es completamente otro, no tiene que ver con el deseo, no hay una muerte deseada y una muerte no deseada. Hay un absolutamente otro que de pronto se descubre dentro de sí mismo como si fuera el también, con una sensación de ajenidad.
En el cuento de Cortázar y en el de Borges hay un desdoblamiento que está relacionado con la focalización en tercera persona  que asume el punto de vista de los protagonistas. Hablamos de él o los porque es un desdoblamiento. En Cortázar esto alcanza porque al final hay un cambio en el punto de vista, entonces el chico de ciudad ya no es el punto de vista de él sino que es el punto de vista del Moteca. Allí es donde se genera ambigüedad porque no sabemos quién es el que sueña y quien es el soñado. No sabemos si sueña el Moteca con que él era un chico de ciudad o si el chico de ciudad sueña con que era un Moteca, entonces sueñan muertes diferentes cada uno de ellos. Esto es importante porque la focalización genera la ambigüedad “…vio la figura ensangrentada del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano. Alcanzó a cerrar otra vez los párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo”.
En Borges al hablar desde el punto de vista de una persona que está muriendo y que está soñando una muerte deseada influye en la ambigüedad pero el que en realidad influye en la ambigüedad es otra voz en el texto que es una voz en tercera persona omnisciente que es la que dice “…a la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos” eso no lo dice o no lo piensa el personaje principal. Es la voz que nos dice cómo leerlo, que se lee como una realidad simétrica y anacrónica, el mismo narrador aparece al final cuando dice “…sale a la llanura y empuña el cuchillo”.
La focalización en ambos textos literarios es la misma pero funciona de diferentes maneras, porque Borges combina el narrador omnisciente con la narración en tercera persona que asume el punto de vista del personaje.
Por último, en ambos cuentos se utilizan diferentes procedimientos literarios para generar ambigüedad.
Cortázar para generarla usa procedimientos más tradicionales como imágenes sensoriales, que utiliza en el sueño. Allí el lector se preguntara si no es demasiado real para ser sueño “…primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marisma”. Además, utiliza sinécdoques “…alguien con guardapolvo dándole de beber un trago que lo alivie en la penumbra”, el autor las utiliza para que el lector se dé cuenta de que es una persona que ha tenido un accidente y está confundida. Por el contrario, en el sueño usa imágenes sensoriales y muestra una “realidad” muy clara: esta persona sueña olores, siente el tacto en la piel, sensaciones muy vívidas y experienciales, esto genera en el lector la duda. Hay una inversión que anticipa el final, una realidad que parece confusa y un sueño que parece totalmente claro a pesar de que el sueño es de noche y el accidente de día.
En “El Sur” se usan recursos diferentes a los de Cortázar para generar ambigüedad, por ejemplo, el uso de los tiempos verbales que establecen una contradicción. Al final del cuento cuando aparece el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, “hubiera sido”, es un tiempo que expresa la imposibilidad absoluta, eso ya no puede pasar entonces cuando dice “…Sintió que si él muriera en una pelea a cuchillo a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, esta es la muerte que hubiera elegido o soñado”. Eso no paso nunca, si él hubiera elegido pero no pudo, él no lo eligió, ya no pasó. Sin embargo, inmediatamente en el párrafo siguiente, pasa al presente de indicativo que es la seguridad y la certeza absoluta, que es la muerte frente al compadrito. “…Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura”. Así termina el cuento. En esta paradoja de lo imposible con lo absolutamente cierto. En el borde de la paradoja y la contradicción. Agrega una tercera posibilidad habilitada por el adverbio “acaso” que nos dice que a lo mejor si supo manejar el cuchillo, salió a la llanura y mato al compadrito que lo desafío, porque con la clave autobiográfica que nos brindó el autor que dice que el si se salvó de la de la septicemia, más todavía podemos avalarla. Hay tres posibilidades: la muerte en el sanatorio, la muerte frente al compadrito y la última, que no murió, mato al compadrito y se salvó.
Ambos utilizan pautas de lectura. Borges utiliza pautas textuales que tienen que ver con las frases que aparecen, la frase “…a la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos” significa por un lado la muerte simétrica, las dos muertes que están opuestas pero a la vez son al mismo tiempo y por eso son paralelas y opuestas. La ciudad de 1939 que no es la que se describe en el relato y que en ese sentido es anacrónica, se nos describe una ciudad que es del pasado. La simetría y los anacronismos nos dan una pauta de lectura de cómo hay que leer lo que sigue en el cuento. Hay que leerlo simétricamente y hay que leerlo como una anacrónia que no es real porque está soñando.
Borges adema utiliza el símbolo del sur como una contradicción que muestra al mismo tiempo lo conocido y lo desconocido, las pautas de lectura, y las analogías, todo esto es lo que genera a través del cuento el ambiente de ambigüedad que no sabemos cómo muere Dahlmann o si muere porque ni siquiera sabemos si muere o no.
En conclusión podemos decir que el objetivo de los dos autores es generar ambigüedad y duda en el lector, mediante diferentes métodos y teniendo en cuenta un montón de herramientas como lo son, las pautas de lectura, intertextos y tiempos verbales.

jueves, 31 de mayo de 2018

Ensayo comparativo: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde con Mary Reilly


En este ensayo se comparará la focalización de la película “Mary Reilly” de Stephen Frears y la novela de Robert L. Stevenson y se analizarán los puntos de vista que aparecen en el texto y en el filme. Además podremos distinguir el paralelismo entre la novela y la película.
Al comienzo de la novela, aparece una tercera persona que asume el punto de vista del personaje de Utterson. Utiliza la focalización externa o visión desde fuera. Utterson sabe menos que el personaje, se limita a relatar lo que ve o escucha de ellos. Cuando escuchamos a Utterson nosotros, los lectores nos sentimos identificados y vamos descubriendo al mismo tiempo que él lo que sucede en la historia.
En la segunda parte de la novela podemos encontrar nuevamente la focalización externa, pero en primera persona. Lanyon cuenta toda la transformación del Dr. Jekyll y las situaciones por la que atraviesa. “…Era pequeño (…) me sentí impresionado por la espantosa expresión de su rostro, (…) pero no menos profundamente, por la extraña e indefinible incomodidad que sentía con su proximidad. Esta se parecía mucho a un incipiente escalofrió que iba acompañado por una acusada disminución de las pulsaciones”. Aquí se puede ver cómo Lanyon describe la metamorfosis del Dr. Jekyll a Mr. Hyde.
Al final de la novela podemos ver cómo cambia el narrador y la focalización pasa a ser interna o visión “con”. El Dr. Jekyll pasa a ser el narrador en primera persona protagonista. Lo que se quiere lograr con esta focalización y este punto de vista es mostrar todos los sentimientos que tiene que atravesar el Dr. Jekyll durante un momento tan clave como la cercana muerte de Hyde y su revelación hacia Utterson y “Lanyon”. “…Dentro de media hora, cuando adopte de nuevo y para siempre esa odiada personalidad, sé que permaneceré sentado, tembloroso y llorando en mi sillón, o que continuaré recorriendo de arriba abajo esta habitación (mi último refugio terrenal) escuchando todo sonido amenazador en un rapto de tensión y de miedo. ¿Morirá Hyde en el patíbulo? ¿Hallará el valor suficiente para librarse de sí mismo en el último momento? Sólo Dios lo sabe.” Solo con una focalización interna se podía lograr esto. Esta última focalización termina de mostrar la típica estructura del policial que de a poco va desentrañando el "caso”.
En la película se toma el punto de vista de Mary Reilly, que es una focalización externa, testigo involuntario de lo que le pasa a Jekyll/Hyde. Reemplaza a Utterson y a Lanyon, ya que cumple la función de ambos. Se puede ver por todo lo que atraviesa Mary y todos los sentimientos que ella tiene, en especial hacia Jekyll y Hyde.
Podemos observar en el film el paralelismo entre Mr. Hyde y el padre de Mary Reilly. Algunos de los ejemplos puede ser la forma de caminar del padre de Mary y el parecido que tiene con el andar de Hyde,  otro cuando Mary recuerda la situación de la taza, la cual sin querer había roto y por lo que su padre la castiga duramente durante su infancia, ella se hace cargo de romperla cuando en realidad quien la rompió fue Hyde.
En conclusión, podemos encontrar una gran diferencia con respecto al desenlace del texto de Stevenson y la película de Frears. En la novela, Mr. Hyde se suicida por medio a quedar encerrado en el cuerpo maligno que tenía y no poder volver a ser Jekyll nunca más. Teme y la única salida que ve es la muerte. En cambio, en la película, Mr. Hyde se suicida porque está tan enamorado de ella que teme a hacerle daño, teme que esa maldad que tiene Hyde termine con la vida de Mary: “…Te dije que ibas a terminar acabando con ambos”.


miércoles, 16 de mayo de 2018

El Doble en la Literatura


El Doble en la Literatura

Julia Nina Fazio

5to AÑO

Literatura

NES secundaria

En este informe se mostrara cómo se manifiestan los conceptos de: identidad, doble, desdoblamiento, ajenidad y otredad, en los diferentes textos literarios trabajados en clase.
En primer lugar, podemos empezar definiendo la otredad como lo absolutamente desconocido que, por lo tanto se le teme. En “El Diario de Colón”, de Colón y “El Planeta de la aventura I”, de Vance este se puede ver reflejado.
En el primer texto, se habla de cuando Colón en 1942 llego a América, un lugar totalmente desconocido para todos los españoles hasta ese entonces. La otredad se puede ver reflejada en la siguiente cita textual: “…“Yo, placiendo a Nuestro Señor, llevaré de aquí al tiempo de mi partida seis a Vuestra Alteza para que aprendan a hablar. Ninguna bestia de ninguna manera vi, salvo papagayos en esta Isla."[1] Todas son palabras del Almirante. Se puede ver claramente el desprecio que le tiene Colón a los nativos. Se puede ver el miedo que le tienen los españoles por el hecho de no tener  rasgos ni creencias similares a ellos y es por eso que deben educarlos.
En el segundo texto, “El Planeta de la aventura I” los tripulantes de la nave no conocían el planeta y  subestimaron a él y a sus habitantes. “… el planeta era algo mayor que la tierra, rodeado por un par de pequeñas lunas de rápidas órbitas. Una estrella K2 casi típica, un planeta sin nada digno de mencionar”.[2] Otra vez la otredad se hace presente, el no conocer y menospreciar algo refleja el sentimiento por lo absolutamente otro. En ambos casos, el otro debe ser como yo: Colón los “educara” porque los considera animales, mientras que el planeta desconocido eliminará a los terrícolas antes de intentar siquiera conocerlos.
En segundo lugar, “Axolotl” de Cortázar en el que el hombre se siente completamente ajeno a sí mismo, al no saber cómo reaccionar y no reconocerse manifiesta la ajenidad: “…Sin transición, sin sorpresa, vi mi cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el vidrio, la vi fuera del acuario, la vi del otro lado del vidrio. Entonces mi cara se apartó y yo comprendí.”[3] El hombre no comprendía quién era hasta que entendió, esta situación era totalmente ajena a él.
Por su parte, en la obra “La metamorfosis”, de Kafka también se manifiesta la ajenidad ya que el protagonista descubre su nueva forma al punto de vista de no poder controlar su propio cuerpo: “…“Lo mejor que puedo hacer es dormir un poco más y olvidar esta locura”, pensó; pero le resultó imposible llevar a cabo su propósito, porque estaba habituado a dormir sobre el lado derecho, un movimiento de balanceo lo llevaba a quedar siempre de espaldas.”[4] Acá se muestra claramente el descubrimiento de lo otro en sí mismo.
Por otro lado tenemos el concepto de la duplicación, que es el doble, “el otro yo” que se puede ver muy bien reflejado en el caso de “El retrato de Dorian Grey”, de Wilde que cuenta que el protagonista, luego de ser retratado por un artista, desea tener siempre la edad que tenía en el cuadro y a medida que va pasando el tiempo el retrato empieza a envejecer por él y el sentimiento de asco lleva a que termine “matando” al cuadro, pero en realidad lo que hace es quitarse la vida a el mismo. “…y allí, en pie frente al retrato obra de Basil Hallward, con un espejo en la mano, miraba alternativamente el rostro perverso y envejecido del lienzo y la faz joven y hermosa que le sonreía desde el cristal.” “…de pronto sintió asco de su belleza, y arrojando a tierra el espejo, lo desmenuzó en añicos de cristal y plata bajo sus talones. Su belleza había sido lo que arruinara su vida”.[5]
Podemos también mencionar el poema “Al espejo”, de Borges. En este se puede ver como la idea de la repetición es molesta y el/la protagonista pregunta por qué lo copia.
“… ¿Por qué persistes, incesante espejo?
¿Por qué duplicas, misterioso hermano,
el movimiento de mi mano?”[6]
No es el caso del doppelgänger, que se trata de gemelos idénticos en el que no se puede reconocer la diferencia entre ambos, ya que son completamente iguales, como sucede en “William Wilson”, de Poe: “…su máscara y su capa yacían en el suelo, donde las había arrojado. Cada hebra de su ropa, cada línea de los marcados y singulares rasgos de su cara ¡eran idénticos a los míos! Era Wilson. Pero ya no se expresaba en susurros y hubiera podido imaginar que era yo.”[7]
Ya finalizando se encuentra el desdoblamiento: cuando la dualidad se manifiesta en un solo ser, cuando dos personalidades o encarnaciones coexisten en un mismo individuo. Este puede tener relación con el bien o con el mal y hasta con la mezcla hombre-animal. Este se puede observar en “El mito de andrógino”, de Platón. Un ser es separado físicamente y, como deber o meta, debe encontrar a su otra mitad. “…cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, tanto el amante de los muchachos como cualquier otro, entonces sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos, por así decirlo, a separarse unos de otros ni siquiera un instante.”[8]
En los “Diario de Adán y Eva”, de Twain, donde ella piensa que para estar completa necesita de la figura masculina y el al mismo tiempo piensa que necesita de ella para sobrevivir. Ellos necesitan estar juntas para poder completarse. “…Era hermoso, sorprendentemente hermoso, mágicamente hermoso pero ahora está perdido y no volveré a verlo nunca más.” “…Si me pregunto por qué lo amo, me doy cuenta de que no lo sé, y realmente no me importa demasiado saberlo; así supongo que esta clase de amor no es producto del razonamiento y de las estadísticas” “…Adán: “donde quiera que ella estuviese, allí estaba el paraíso.””[9]
En síntesis podemos decir que no solo existe un tipo de doble, hay muchas maneras de plasmarlo en diferentes textos, obras y relatos entre muchos otros. Eso es básicamente lo que se trató de mostrar, como se pueden utilizar en diferentes contextos los diferentes contextos.





Bibliografía
BORGES, Jorge Luis (1975). “Al espejo, en su La rosa profunda. Buenos Aires: Emecé.
CORTÁZAR, Julio (1984) “Axolotl”, Final del juego, Sudamericana, Buenos Aires.
CRISTOBAL, Colón (1492) Diario de Colón. Libro de la primera navegación.
KAFKA, Franz (1982) La metamorfosis, Buenos Aires, Orión.
PIZARNIK, Alejandra (1962) Árbol de Diana, Buenos Aires.
PLATÓN (1989) El banquete, Madrid, Alianza.
POE, Edgar Allan (1977) “William Wilson”, Cuentos completos, Alianza, Madrid.
TWAIN, Mark (1999) Diario de Adán y Eva, Corregidor, Buenos Aires.
VANCE, Jack (1986) El planeta de la aventura I, Barcelona, Ultramar.
WILDE, Oscar (2004). El retrato de Dorian Gray, Anaya, Buenos Aires.



[1] COLÓN, Cristóbal (12-10-42)
[2] VANCE, Jack (1986)
[3] ORTÁZAR, Julio (1984)

[4] KAFKA, Franz (1982)
[5] WILDE, Oscar (2004)
[6]  BORGES, Jorge Luis (1975)
[7] POE, Edgard Allan (1977)
[8] PLATÓN (1989)
[9] TWAIN, Mark (1999)