sábado, 26 de abril de 2014

¿Que pasó con mi pueblo?



     Llegar a mi pueblo. Encontrar todo roto, quemado… Sentí que mi infancia feliz estaba hecha cenizas. En ese momento experimente cosas que nunca había sentido: dolor, angustia, tristeza y mucha soledad. No comprendía por qué había pasado esto, ni qué le había pasado a mi familia. Todavía me sigo preguntando dónde estarán, los extraño.
    Caminaba y observaba. Al mismo tiempo no entendía por qué había ocurrido esto. Era tan lindo y tranquilo. Ya no soporté y me puse a llorar, nunca pero nunca hubiera pensado que algo así me sucedería.
    Caminaba, recorría las calles en donde yo andaba en bicicleta con mis amigos; mi casa que había quedado bajo los escombros; mi escuela a la que no reconocía. Hacía poco mi familia me había mandado una carta en la que decía que habían remodelado la escuela en donde yo me había educado. Ahora la estoy viendo y no queda nada de ella. Esos árboles del jacarandá donde yo juntaba esas hermosas flores violetas, son los únicos que se mantienen en pie.
    De regreso a la ciudad decidí quedarme solamente con el recuerdo de los buenos momentos vividos, tratar de olvidarme de ese día y no regresar nunca más.